«Meditando en la estrella Dru, el yogui conoce su destino.»
(Yoga Sutras de Patanjali 03:29)
Esta tradición yóguica proviene del norte de la India y ha sido transmitida de maestro a discípulo a lo largo de los siglos, siendo introducida en Occidente hace unos 40 años por Mansukh Patel, quien la había aprendido de sus padres.
«QUIÉN ES Mansukh Patel, filósofo, científico, autor de numerosas obras y pacifista conocido por sus caminatas por la paz con la World Peace Flame (Llama de la Paz Mundial), con la que se inauguró el Parlamento de las Religiones de Barcelona al 2004. Patel nació en Kenia, de padres hindúes seguidores de las enseñanzas de Gandhi, y fue criado en el espíritu de ahimsa, la no-violencia. Estudió bioquímica y oncología en la Universidad de Bargor (Gales). Allí comenzó a difundir el Dru Yoga entre sus compañeros, con los que más tarde fundó la Life Foundation. Así se formó el núcleo de lo que ahora se ha convertido en un tipo de yoga que se tractiva y enseña en diferentes países. »
Druvam, la Estrella Polar
La palabra dru proviene del sánscrito, y hace referencia a la estrella Dhruvam, la Estrella del Norte o Estrella Polar, el punto fijo en el espacio. El Dru Yoga representa este punto en nuestras vidas; al practicarlo nuestra conciencia se enfoca en este lugar de calma dentro de nosotros mismos, llamado dhjruvakasha. Este permanece fijo e imperturbable a pesar de los múltiples cambios, emociones y vivencias que experimentamos a lo largo de nuestra existencia, y que muy a menudo nos arrastran como un torbellino.
El Dru Yoga es conocido como «el yoga del corazón» debido a que muchas de sus posturas y secuencias están diseñadas para activar la energía del Anahata, el chakra del corazón, así como los nadis de esta zona. Pensamos que la glándula timo, responsable de nuestro sistema inmonològic, está situada justo debajo del esternón, muy cerca del corazón. Debido a ello, las fluctuaciones energéticas del Anahata le afectan directamente. Al practicar Dru Yoga damos un masaje al corazón a nivel físico, estimulamos su centro energético y al mismo tiempo se estimula esta glándula, iniciándose así un profundo proceso de sanación. Activar el poder del corazón es el factor clave de la aplicación del Dru Yoga como forma terapéutica.
Por otra parte, a nivel emocional activamos y potenciamos las cualidades del corazón, es decir, amor y compasión. Estos son los sentimientos más poderosos para conseguir alegría, paz y armonía, tanto en nosotros mismos, como a nuestro alrededor, y en consecuencia para todo el mundo.
Otro punto a destacar es que se ejecuta gentilmente, haciendo énfasis en la posición «suave» de las articulaciones, es decir, sin bloquearlas. Los movimientos y asanas se realizan de forma elegante, con lentitud, y lo que es muy importante, con la conciencia enfocada, a menudo repitiendo cada movimiento varias veces. En definitiva, el Dru Yoga es una síntesis de métodos antiguos, desarrollados y adptats por la vida moderna, que nos ofrece una perspectiva única en la práctica del yoga.
«SUAVIDAD la clave del Dru Yoga es el fluir de la energía, no la habilidad para realizar posturas complejas, pues todas se adaptan a las necesidades de cada practicante.»
M. TERESA PALOMAS